La filosofía y la política son dos campos de estudio diferentes. De hecho, la palabra filosofía deriva de dos palabras del griego antiguo: «phileo» (amor) y «sophia» (sabiduría).
La filosofía es una rama de la sabiduría que se ocupa de conceptos abstractos como la epistemología y la metafísica.
Por otro lado, la política se ocupa de los procesos de toma de decisiones en los gobiernos. Mientras que el objetivo de la filosofía es conocer la verdad mediante el pensamiento crítico, la política se centra en el beneficio material a través de la participación activa de los ciudadanos en la sociedad.
Conozcamos mejor estos dos campos de estudio: qué significan realmente y en qué se diferencian.
La palabra filosofía deriva de dos palabras del griego antiguo: «phileo» (amor) y «sophia» (sabiduría).
La filosofía es el amor a la sabiduría. La filosofía es la búsqueda de la verdad y la sabiduría.
La filosofía es también una forma de vida que se esfuerza por alcanzar el conocimiento, ya sea en forma de moral o valores, estética o belleza, etc.
La filosofía puede definirse como: «la investigación racional de las verdades y principios del ser, del saber y de la conducta».
La ciencia política es el estudio de la política y el poder.
Los politólogos estudian el gobierno, el derecho, las políticas públicas y las relaciones internacionales para entender cómo interactúan las personas entre sí a través de las instituciones y los procesos políticos.
La ciencia política también se conoce como «la ciencia lúgubre» porque a veces puede ser muy deprimente (por ejemplo, si estudias la política estadounidense).
A diferencia de la política, la filosofía no es un asunto público.
Es una búsqueda privada, un viaje individual, una búsqueda individual.
La filosofía no tiene que ver con el Estado o el gobierno, mientras que la política es competencia del Estado.
La filosofía no se ocupa de problemas prácticos, sino de cuestiones abstractas sobre la verdad y la realidad.
La política, por su parte, se ocupa de problemas prácticos como la mejor manera de organizar la sociedad para que las personas puedan convivir pacíficamente; también trata de impulsar el progreso humano promoviendo el beneficio material de todos los implicados en sus decisiones o acciones (por ejemplo, mediante leyes).
Los filósofos no buscan el beneficio material de su trabajo -simplemente quieren el conocimiento por sí mismo-, mientras que los políticos pueden intentar ganar poder sobre los demás para mejorar las condiciones dentro de la sociedad en general (o incluso sólo dentro de una organización).
El principal objetivo de la filosofía es conocer la verdad, mientras que la política se centra en las ganancias materiales.
La filosofía trata de la verdad y de la política del poder.
La filosofía trata de la mente y la política del cuerpo.
La filosofía trata de las ideas y la política de la acción.
La filosofía se ocupa de la vida buena, mientras que la política pretende producir sociedades buenas, que siempre son imperfectas debido a la fragilidad humana y al conocimiento limitado
Los filósofos son pensadores brillantes que dedican su tiempo a pensamientos abstractos.
A menudo pasan años pensando en una sola idea y luego escriben libros sobre ella.
A los políticos no les interesan las ideas filosóficas, sino las soluciones prácticas a los problemas.
Un político puede decir que necesitamos mejores escuelas porque es bueno para el futuro de los niños, pero un filósofo preguntaría por qué debemos preocuparnos por el futuro de nuestros hijos (esto se llama una cuestión «epistemológica»).
Un político dirá que hay que gastar más dinero en sanidad porque la gente enferma cuando no tiene suficiente dinero; un filósofo se preguntará por qué estar enfermo hace pobre a alguien (esto se llama una cuestión «ontológica»).
El objetivo de los filósofos es examinar las ideas que son verdaderas o que pueden justificarse. En cambio, a los políticos les preocupan las ideas que influyen en la acción.
La filosofía es una disciplina crítica que nos ayuda a comprender cómo sabemos lo que sabemos, cómo es realmente la realidad y si existen normas objetivas de verdad y justicia.
Los filósofos nos proporcionan criterios para evaluar las afirmaciones sobre cómo deben ser las cosas (moralmente) o por qué son así (metafísicamente).
Los políticos toman estas ideas y las utilizan como herramientas para la acción política: intentan cambiar la manera en que la gente piensa sobre sí misma para que se comporte de manera diferente entre sí o con la sociedad en general.
Los filósofos no participan en discusiones políticas. Se centran más en comprender conceptos abstractos como la epistemología y la metafísica.
Los políticos, en cambio, se dedican a la política porque tienen una meta u objetivo que quieren alcanzar con sus acciones.
La política requiere experiencia y una intensa formación para sobrevivir en este campo, en lo que respecta a la promoción profesional. Sin embargo, cualquiera puede aventurarse en la filosofía, ya que no es necesario ningún tipo de formación o educación formal.
Aunque no hace falta ser filósofo para ser político, hay algunas cosas que conviene saber sobre los dos campos.
- La filosofía se ocupa del estudio del conocimiento, la realidad y la existencia. También incluye la ética y la estética.
- La política es una ciencia social que estudia el poder y la autoridad entre los seres humanos en grupos o entre grupos, así como los individuos dentro de los grupos (por ejemplo, las familias). Se centra en el funcionamiento de los sistemas políticos en relación con cuestiones como la igualdad frente a la desigualdad entre las personas; la libertad frente a la coacción; la justicia frente a la injusticia; el orden frente al desorden, etcétera…
La política necesita la participación activa de los ciudadanos, mientras que la filosofía necesita un público, porque no es muy práctico que las instituciones políticas se guíen únicamente por sistemas filosóficos, ya que requieren soluciones inmediatas a los problemas que afectan a las personas.
La filosofía no es un campo práctico, por lo que no necesita la participación activa de los ciudadanos.
En cambio, la política requiere un público porque se guía por principios y valores que pueden aplicarse para resolver problemas que afectan a las personas.
La diferencia entre política y filosofía radica en sus objetivos: una se compromete con la participación activa en la sociedad, mientras que la otra pretende comprender conceptos utilizando la sabiduría y el conocimiento.
La filosofía es una búsqueda de la verdad, mientras que la política es una búsqueda del poder.
Los filósofos son más académicos que los políticos; requieren conocimiento y sabiduría, mientras que los políticos requieren experiencia y formación.
Conclusión
Esperamos que este artículo le haya ayudado a comprender las diferencias entre filosofía y política.
La filosofía es un campo de estudio que no requiere formación o educación formal, mientras que la política requiere experiencia y una intensa formación.
El objetivo de los filósofos es examinar las ideas que son verdaderas o pueden justificarse; en cambio, a los políticos les preocupan las ideas que influyen en la acción.
Los filósofos no participan en debates políticos porque se centran más en la comprensión de conceptos abstractos como la epistemología y la metafísica que en conceptos prácticos como la elaboración de políticas (que requerirían soluciones inmediatas).
Por último, mientras que la política necesita la participación activa de los ciudadanos para que puedan conformar juntos sus comunidades mediante el diálogo (o incluso la violencia), la filosofía necesita un público porque su finalidad no es lo bastante práctica para las instituciones políticas
- ¿Qué tipo de sistema político respondería mejor a sus necesidades y deseos? - febrero 10, 2023
- ¿Qué campo de estudio combina la genética y la política? - febrero 10, 2023
- ¿Puede considerarse que todo descubrimiento tiene un componente político? - febrero 10, 2023