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¿Por qué en la mayoría de las bodas se cobra a los invitados por la comida y la bebida?

Como invitado, es posible que te pidan que pagues tu propia boda. Seguramente te preguntarás: ¿por qué? Para responder a esa pregunta, tenemos que retroceder en el tiempo hasta la época del feudalismo. 

En la Europa feudal, los señores poseían la tierra y los campesinos la trabajaban. 

El señor proporcionaba protección y cobijo a cambio de una parte de las cosechas del campesino. 

Este sistema se denomina feudalismo.

¿Cuándo surgió esta tradición?

Aunque no está claro cuándo o dónde empezó esta tradición, es muy antigua. 

Los primeros registros de invitados que pagaban en las bodas datan de la antigua Grecia y Roma, donde era habitual que los invitados trajeran regalos para los novios. 

No está claro por qué surgió esta práctica -quizá como un intento de asegurarse de que todo el mundo tuviera suficiente comida o bebida en su boda-, pero sí sabemos que estaba tan arraigada en la cultura que, incluso si una pareja no tenía suficiente dinero, pedía a sus amigos y familiares que contribuyeron a sufragar gastos como la comida o la decoración (lo que se conoce como «contribuciones benévolas»).

La práctica de pagar a los invitados en las bodas sigue siendo habitual en muchas partes del mundo, sobre todo en Europa del Este. 

También es muy común en Oriente Medio, donde se puede pedir a los invitados que contribuyan con dinero para un regalo o un fin específico (como comida, decoración, transporte y entretenimiento).

¿Qué significa realmente pagar una boda?

Cuando das dinero a un amigo o familiar para su boda, no sólo estás pagando la comida y el alquiler del local. También le estás haciendo un regalo.

El regalo de boda puede considerarse una muestra de respeto, amor y aprecio, y no es barato. 

El coste medio de una boda en Estados Unidos ha aumentado hasta los 35.000 dólares por pareja (sin incluir el coste de los anillos de compromiso). 

No es poco. Si quieres ayudar con este gasto pero no estás seguro de cuánto dinero sería apropiado para tu situación, ten en cuenta estos factores:

-El tiempo que hace que conoces al novio o a la novia. 

-Su relación con ellos (si se trata de un amigo íntimo o un miembro de la familia, es posible que desee dar más que si es sólo alguien que conoces casualmente) 

-Su situación económica

¿Paga otra persona tu boda?

Si pagas tu propia boda, puedes fijar el presupuesto. Sin embargo, si es otra persona la que paga tu boda (como tus padres o abuelos), puede que les interese vigilar de cerca cuánto dinero se destina al evento. 

Asegúrate de comunicarles qué tipo de banquete quieres y cuánto costará para que puedan tomar una decisión informada sobre si es algo que pueden permitirse o no.

Si alguien más paga parte de la boda (por ejemplo, los hermanos), pregúntales qué tipo de cosas son importantes para ellos a la hora de planificar el gran día. 

De este modo, todos los implicados sabrán exactamente a qué se destina su dinero y se sentirán bien contribuyendo sin gastar más de la cuenta en extras innecesarios.

Si acabas de empezar a planificar tu boda, es una buena idea consultarlo con tu pareja. Los dos tenéis que estar de acuerdo en qué tipo de banquete queréis y cuánto dinero vais a destinar a ese tipo de celebración. 

Si uno quiere algo extravagante y el otro prefiere algo más discreto, pueden surgir discusiones o herir sentimientos.

Es bueno tener conversaciones abiertas y sinceras sobre el dinero que supone tu boda.

Es importante mantener conversaciones abiertas y sinceras sobre los gastos de la boda. 

No querrás que te sorprenda ningún gasto inesperado y tampoco que tus invitados se sientan aprovechados o presionados para dar más de lo que pueden permitirse.

Pregúntales si están dispuestos a contribuir de alguna manera a los gastos de la boda (pagando una parte, haciendo un regalo), pero asegúrate de que la cantidad que den no sea demasiado para ellos. 

Si alguien dice que sólo puede permitirse 50 $ más del precio de la entrada, déjalo estar; no intentes presionarle para que aporte más sólo porque «todo el mundo» lo hace.

También debes asegurarte de que tus amigos entienden que si contribuyen a los gastos de la boda, no obtendrán una deducción fiscal. 

Si quieres que contribuyan con una cantidad superior al precio del billete para que puedan desgravarse en sus impuestos, deja que paguen en efectivo.

Conclusión

La etiqueta en las bodas es un tema complejo, y no hay una forma correcta o incorrecta de tratarlo. 

Esperamos que con este artículo entiendas mejor cómo se debe tratar económicamente a los invitados a una boda. 

Si todavía estás confundido sobre si deben pagar su propia entrada o no, te sugerimos tener una conversación abierta con la novia y el novio sobre sus necesidades presupuestarias antes de tomar cualquier decisión sobre cuál será tu contribución.

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